viernes, 14 de diciembre de 2018

Colores de otoño que van tejiendo lentamente un manto amarillo sobre nuestras cabezas

Arboles con sus hojas amarillas de otoño

El otoño va tejiendo lentamente un manto amarillo sobre nuestras cabezas a medida que pasan los meses después del estío, y que nos hace mirar hacia arriba con ojos de principiante. Como si no lo hubiéramos visto repetido cada nuevo año, está ahí de nuevo, nos acurruca en el silencio y nos deja respirar tranquilos.  


Arboles con sus hojas amarillas de otoño

Es un toldo pajizo que nos da sombra, aunque ya no hace falta que nos proteja de los tímidos rayos del sol, porque no llegan a caer verticales a ninguna hora del día.

Arboles con sus hojas amarillas de otoño

Crea túneles dorados por debajo de los que pasamos con el temor de que se desprendan polvos áureos que nos empujen al frío invierno.

Arboles con sus hojas amarillas de otoño

Y finalmente, el manto va cayendo al suelo para crear una alfombra ocre que cruje bajo nuestras pisadas.


Que tapiza los rincones solitarios, nostálgicos del bullicio del verano.

Arboles con sus hojas amarillas de otoño

Y hace que los contrastes entre los amarillos sean tan fuertes, que deslumbran nuestros ojos que se están acostumbrando a la oscuridad del invierno.

Arboles con sus hojas amarillas de otoño

Mientras, el agua de la fuente fluye, y al mirarla con atención se lleva nuestros pensamientos para hacernos conscientes del aquí y el ahora, que es lo que nos da la felicidad.


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