Una de las joyas escondidas que posee Segovia, donde no se ven transeúntes turistas, sino locales que se esparcen con sus niños o corren para desperezar sus piernas, es el paseo que corre a lo largo del río Eresma, al filo del promontorio donde se encuentra construida la ciudad. El arbolado paseo comienza o termina a los pies del Alcázar de Segovia en la Pradera de San Marcos, llamándose en esa zona Paseo del Eresma, para más adelante, denominarse Paseo Alameda del Parral.
El paseo tiene todos los elementos para ganarse el apelativo de bucólico, ya que todos éstos se disponen de manera que van sorprendiéndonos en cada recodo del camino.
Las imágenes que yo vi por el paseo las he agrupado en las del mismo tipo y así ordenar nuestros pensamientos y perspectivas.
Los puentes sobre el río Eresma
Los puentes que unen ambas orillas y que se desparraman a lo largo del paseo se reflejan en las apacibles aguas del río Eresma o se esconden en el follaje.
Las casas de las orillas
En piedra y justo al borde del río, resisten la humedad y se esconden a veces, para pasar desapercibidas y que las dejen vivir otros cien años.
Los patos
Son los protagonistas del paseo. Continuamente nos sorprenden con sus vuelos y aterrizajes patinando sobre en el agua, despertándonos de la ensoñación que nos produce este paisaje.
Los últimos rayos del sol al atardecer, ya horizontales y a ras del agua, iluminan toda la escena creando como una imagen traslúcida, en la que se reflejan en el agua, como un espejo, los frondosos árboles de ribera.
Y, noblemente, acuden una y otra vez a los niños que les tiran migas de pan.
Dentro de poco rato se dejarán arrullar por la caída de la noche y dormirán soñando en el placentero día que les deparará mañana este paraíso.
Las fontanas
Chorrillos cantarines saltan entre los muros de piedra, corriendo por las regueras que se encaminan al río para alimentar con sus gotas el cauce principal.
La jungla
En alguna zona, la frondosidad de los árboles y su cercanía al agua es tal que asemejan a una jungla amazónica.
La tierra firme
Y al final del camino nos esperan las praderas de tierra firme, donde árboles perfectamente alineados crean una atmósfera fresca y umbría.
Y esto es todo sobre el bucólico paseo junto al río Eresma, espero que haya sido de tu interés.
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Y puedes ir buscando en el mapa los lugares que vayamos recorriendo.
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Gracias!!!
Me ha parecido precioso y muy poético.Estoy deseando ir a verlo.Gracias por las fotos tan bonitas
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario Olga. Seguro que te va a encantar. Un saludo
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