Todos los que usamos las cámaras reflex digitales (DSLR) hemos notado, que tras una larga jornada de viaje haciendo fotografía andando, nuestro cuello iba siendo sometido a una presión creciente y nos íbamos encorvando hacia adelante sacando cada vez más chepa. Y además cuanto más cara sea la cámara, más grande y pesada será, por lo que, cuando te cruzas con otros fotógrafos en los viajes, podrías llegar a calcular el precio e incluso el modelo de la cámara sin más que mirar el grado de curvatura de su chepa, jejeje.
Después de estás profundas reflex-iones basadas en la experiencia fotográfica y en la observación de tus semejantes, para saber cómo solucionar este síndrome del fotógrafo chepudo te invito a que leas todo el post.
La solución está en cambiar la correa de cuello que trae de serie la cámara por una correa de bandolera que va soportada por el hombro. Esto lo descubrí viendo una vez por la calle a un erguido fotógrafo que era fácilmente identificable, porque sobresalía por encima de los demás que iban encorvados, jejeje.
Cuando descubrí este fabuloso invento me dispuse a buscar una en el mercado, y al descubrir las primeras correas bandolera y su sistema de sujeción con un tornillo en la rosca del trípode, me asalto la preocupación de qué pasaría si este tonillo fallaba. Buscando y buscando encontré la correa Joby Pro Sling Strap, cuyo punto fuerte era un cable de seguridad que sujetaba la cámara en caso de fallo del tornillo.
A continuación os describo en detalle la correa y el sistema de seguridad del que os hablo.
El diseño de la correa te permite una manipulación rápida para tener acceso inmediato a la cámara ya que deslizas la cámara desde tu espalda/nalga (con perdón) hasta tu ojo en cuestión de un segundo. El movimiento de deslizamiento me recuerda al que hacían los vaqueros del lejano oeste cuando desenfundaban sus pistolas.
El enganche a la cámara se hace mediante un resistente tornillo que se atornilla en la rosca del trípode... pero, ¿y si por avatares de la vida, ese tornillo falla, ya que es un punto único de fallo, y la cámara se te va al suelo escacharrándose con todas esas magnificas e irrepetibles fotos que llevas haciendo durante la última semana, mientras atravesabas impenetrables selvas y salvándote de las fauces de cocodrilos de puro milagro? ¿eh?
Pues con este pequeño cable, que es el que me decidió a realizar la compra de este modelo, está solucionado. Es un amarre de seguridad hecho con cordón Dyneema de gran resistencia (15 veces más fuerte que el acero) para mayor seguridad. Se engancha en la cámara en uno los de los anillos de la montura de la correa, y por el otro extremo en la propia correa mediante el mosquetón. Si falla el tornillo principal este pequeño cable te salva tu querida cámara con la que tan buenos ratos has pasado.
En la foto puedes ver el pequeño cable colgando de la cámara. Eh chicas! he dicho que miréis el cable!
Y eso es todo de momento. Hasta la próxima recomendación de gadget fotográfico
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Gracias!!!
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