Habiendo partido los peregrinos del Camino de Santiago francés del pueblo galo de San-Jean-Pied-de-Port, para iniciar la primera etapa como vimos en el anterior post y, habiendo subido esforzadamente el puerto de la Ibañeta, las fuerzas ya se les han quedado mermadas, pero encuentran refugio para descansar y reponer fuerzas en medio de un paisaje pirenaico sin igual, en Roncesvalles.
Roncesavalles contiene mucha historia en sus valles y montañas. No solo es conocido como refugio de peregrinos sino por la histórica derrota de Carlomagno cantada en el poema medieval "La Chançon de Roland", revistiendo este lugar de misterio y leyendas.
A su llegada el peregrino se encuentra con este conjunto, constituido por el antiguo hospital de peregrinos, la Real Colegiata, que incluye el Claustro, la Sala Capitular con la tumba del rey Sancho VII el Fuerte, un museo, la iglesia de Santiago y el Silo de Carlomagno. Es un excelente ejemplo de arquitectura medieval, un espacio mítico.
Los sólidos muros de este complejo protegen al peregrino del hostil invierno y le trasladan a un mundo de batallas y mitos.
Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles
En el centro del templo una magnífica escultura de la Virgen de Roncesvalles. Es una talla de madera, forrada de plata, gótica, de mediados del siglo XIV y realizada en Toulouse. Imagínate los miles de peregrinos que se habrán encomendado a Ella para proseguir su camino hasta Santiago.
Casa de los Beneficiados y Albergue de Peregrinos
Un antiguo hospital de peregrinos, reconstruido en 1726, pasó a ser "La Casa de los Beneficiados", siendo los beneficiados curas que ayudaban a los canónigos en las tareas de la Iglesia. Hace unos años, amenazando ruina, se decidió rehabilitarlo construyendo un magnífico edificio con apartahoteles, habitaciones y restaurante. Como curiosidad tiene una galería, original, que une por sus túneles el resto de edificios de la Colegiata.
Por otro lado, la nieve se almacena desde el invierno anterior todavía en primavera en el patio del Albergue de peregrinos como puedes ver más abajo.
Es una pequeña iglesia gótica del siglo XIII, situada junto al Silo de Carlomagno, encontrándose en su interior una figura del Apóstol Santiago.
Fue utilizada como parroquia hasta el siglo XVIII. Quedó sin culto durante un largo periodo hasta que fue restaurada por Florencio Ansoleaga en el siglo XX, quien abrió un pequeño óculo sobre la puerta e incorporó la mítica y legendaria campana que orientaba a los peregrinos en la capilla que había en el collado de Ibañeta, la capilla de San Salvador.
Si te ha gustado este post sobre Roncesvalles te invito a que continúes con esta primera etapa del Camino de Santiago francés leyendo el post donde verás las maravillosas vistas del puerto de Ibañeta:
y el comienzo de la etapa en el post:
También te invito a que leas la serie de post que publiqué sobre este mismo camino francés de manera novelada a su paso por la provincia de León:
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